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¿Prolonga la vida la vitamina C?

Ya en 1992, investigadores de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), publicaron un estudio pionero que demostraba el efecto prolongador de la vida de la vitamina C. Los científicos descubrieron que las personas que tomaban dosis más elevadas de vitamina C como suplemento dietético vivían una media de seis años más que las que no tomaban suplementos

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Hoy me gustaría hablarte de un verdadero cambio de juego para tu salud: La vitamina C, la vitamina de la vida. Sin embargo, no estamos hablando sólo de la vitamina C convencional, sino de una forma revolucionaria y altamente eficaz que abastece a tus células de una forma completamente nueva.

¿Sabías que con los suplementos convencionales de vitamina C, incluso con una dosis alta de 1.000 mg, sólo una fracción llega realmente a tus células? El resto se neutraliza por el camino. Tu cuerpo tiene que arreglárselas con lo poco que queda, y a menudo más de la mitad de la valiosa vitamina se pierde en el camino antes de que pueda desplegar sus efectos beneficiosos.

Esto significa que, aunque estés consumiendo vitamina C, sólo una pequeña proporción llega a las células donde más se necesita. ¿Qué pasaría si pudieras suministrar a tu cuerpo una forma innovadora de vitamina C que las células absorbieran casi por completo? ¡Imagina la energía, el sistema inmunitario y la capacidad de regeneración de tu cuerpo a un nivel completamente nuevo!

Nuestra avanzada tecnología permite precisamente eso: una vitamina C más biodisponible que llega directamente a tus células sin perder la mayor parte por el camino. Esto significa que puedes estar seguro de que cada dosis alcanza todo su potencial y te ofrece el máximo efecto para tu salud y bienestar.

La solución: vitamina C liposomal

Hemos desarrollado un método innovador para suministrar vitamina C a tu organismo de forma aún más eficaz y potente: Nuestra vitamina C liposomal. Pero, ¿qué significa eso exactamente?

La vitamina C está encerrada en diminutos liposomas, un tipo de burbuja microscópica hecha de fosfolípidos. Son similares a las membranas celulares naturales de tu cuerpo y garantizan que la vitamina se transporte de forma segura y directa a tus células, sin perder su efecto por el camino.

¿Lo más destacado? ¡Esta tecnología multiplica por 140 la biodisponibilidad de la vitamina! Mientras que las células suelen absorber sólo una fracción de la vitamina C convencional, nuestra vitamina C liposomal tiene un efecto impresionante.

¿Qué significa eso para ti? Con una sola gota de nuestra vitamina C liposomal, puedes conseguir un efecto intracelular equivalente a una dosis de 1.750 mg de vitamina C convencional. Esto significa la máxima eficacia para tu salud: ¡cada gota es extremadamente valiosa y te aporta beneficios extraordinarios!

Los principales efectos de la vitamina C

Refuerzo del sistema inmunitario

La vitamina C desempeña un papel clave en el apoyo al sistema inmunitario. Estimula la producción y la actividad de los glóbulos blancos (leucocitos), que son cruciales para combatir las infecciones. Además, la vitamina C protege a estas células inmunitarias del estrés oxidativo, protegiéndolas del daño de los radicales libres. Esto mantiene el sistema inmunitario más resistente y eficaz, sobre todo en épocas de mayor tensión, como las infecciones o el estrés.

Fomento de la formación de colágeno

Como cofactor esencial para la síntesis de colágeno, la vitamina C contribuye significativamente a la salud de la piel, el tejido conjuntivo, los huesos y los vasos sanguíneos. El colágeno es una proteína estructural que contribuye a la elasticidad y firmeza de la piel, así como a la estabilidad de los vasos sanguíneos y las articulaciones. Gracias a esta función, la vitamina C favorece la cicatrización de las heridas y evita la degradación prematura de los tejidos. La falta de vitamina C puede debilitar la estructura de los tejidos, lo que se caracteriza por una peor cicatrización de las heridas, una piel que se daña con facilidad y un aumento de los hematomas.

Efecto antioxidante

La vitamina C es uno de los antioxidantes más potentes del cuerpo humano. Neutraliza los radicales libres producidos por factores ambientales como la radiación UV, la contaminación atmosférica y las sustancias químicas nocivas que atacan a las células. Este efecto antioxidante ayuda a disminuir el estrés oxidativo y, por tanto, a reducir el riesgo de enfermedades crónicas como las cardiovasculares y el cáncer. La vitamina C también ayuda a regenerar otros antioxidantes, como la vitamina E, y a mantener su función protectora.

Mejora de la absorción del hierro

La vitamina C aumenta la biodisponibilidad del hierro no hemo, que se encuentra principalmente en los alimentos de origen vegetal. Lo hace convirtiendo el hierro en una forma más absorbible y mejorando así la absorción del hierro en el intestino. En consecuencia, la vitamina C puede reducir significativamente el riesgo de anemia ferropénica, sobre todo en vegetarianos y veganos que siguen una dieta predominantemente vegetal. Un aporte adecuado de hierro favorece el suministro de oxígeno a las células y el bienestar general.

Protección contra las enfermedades cardiovasculares

Al reducir el estrés oxidativo y favorecer la salud vascular, la vitamina C puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular. Favorece una función endotelial sana (la capa más interna de los vasos sanguíneos) y tiene un efecto antiinflamatorio, protegiendo los vasos de la constricción y la formación de placas.

Apoyo al sistema nervioso

La vitamina C interviene en la síntesis de neurotransmisores como la noradrenalina, que son cruciales para regular el estado de ánimo y las funciones cognitivas. Por tanto, también favorece el sistema nervioso y ayuda a reducir el cansancio y la fatiga mental.

Protección de la piel y efecto antienvejecimiento

Además de la formación de colágeno, la vitamina C ayuda a proteger la piel de los efectos dañinos de la radiación UV, regulando la formación de melanina y protegiéndola del envejecimiento inducido por la luz. Sus propiedades antioxidantes también contrarrestan la formación de arrugas y favorecen un cutis radiante.

La vitamina C prolonga la vida: Un avance científico

Ya en 1992, unos investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) publicaron un estudio pionero que demostraba el efecto prolongador de la vida de la vitamina C. Los científicos descubrieron que las personas que tomaban dosis más elevadas de vitamina C como suplemento dietético vivían una media de seis años más que las que no tomaban suplemento, independientemente de que tuvieran o no síntomas de escorbuto.

¿Por qué es tan importante la vitamina C para una vida más larga?

Los resultados del estudio subrayan el papel clave que desempeña la vitamina C en el mantenimiento de la salud y la lucha contra las enfermedades. Aunque una carencia grave provoca escorbuto, una enfermedad potencialmente mortal caracterizada por la pérdida de dientes, hemorragias y debilidad, la vitamina C también tiene profundos efectos positivos en el cuerpo humano más allá de esta situación de carencia extrema.

1. Protección contra las enfermedades cardiovasculares:

Se ha demostrado que la vitamina C reduce el riesgo de cardiopatías, una de las causas más frecuentes de muerte en todo el mundo. Protege los vasos sanguíneos del daño causado por el estrés oxidativo e impide la acumulación del perjudicial colesterol LDL en las paredes arteriales. Por tanto, una ingesta adecuada de vitamina C no sólo puede mantener flexibles las arterias, sino también reducir el riesgo de infartos y derrames cerebrales.

2. Reducir el riesgo de enfermedades crónicas:

El efecto antioxidante de la vitamina C es una de las principales razones por las que puede reducir el riesgo de muchas enfermedades crónicas. Neutraliza los radicales libres causados por el estrés ambiental, como la contaminación atmosférica, la radiación UV y una dieta poco saludable. Los radicales libres atacan las células y el ADN, lo que puede provocar inflamación y, en última instancia, enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes o la artritis. Un aporte adecuado de vitamina C mantiene la salud celular y protege al organismo de influencias nocivas.

3. Fortalecer el sistema inmunitario y proteger contra las infecciones:

La vitamina C desempeña un papel esencial en la función del sistema inmunitario, al favorecer la producción y la eficacia de los glóbulos blancos. Esto ayuda al organismo a combatir mejor las infecciones. La vitamina C es especialmente indispensable en épocas de mayor susceptibilidad a las enfermedades, por ejemplo durante la estación fría o en periodos de estrés. Los estudios han demostrado que la vitamina C puede reducir la gravedad y duración de los resfriados.

4. Promoción de la salud de la piel y efectos antienvejecimiento:

Al favorecer la producción de colágeno, la vitamina C contribuye decisivamente a la salud de la piel. El colágeno es una proteína estructural que mantiene la piel elástica y firme. Una cantidad suficiente de vitamina C no sólo garantiza un cutis joven, sino que también puede ralentizar la formación de arrugas. También protege la piel de los daños causados por los rayos UV y las influencias medioambientales. El proceso de envejecimiento de la piel puede ralentizarse notablemente con una ingesta regular de vitamina C.

5. prevención de las enfermedades neurodegenerativas:

Los estudios sugieren que la vitamina C también puede tener un efecto protector sobre el cerebro. Reduce el estrés oxidativo, que interviene en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson. La vitamina C favorece la salud neuronal protegiendo las células cerebrales de los daños, ayudando a mantener la función cognitiva en la vejez.

6. apoyo a la salud ocular:

La vitamina C también puede reducir el riesgo de enfermedades oculares relacionadas con la edad, como las cataratas y la degeneración macular. Estas enfermedades, que suelen aparecer con la edad, pueden conducir a la ceguera. Las propiedades antioxidantes de la vitamina C protegen las células sensibles del cristalino y la retina del daño causado por los radicales libres.

Ejemplos prácticos:

Suplementos de vitamina C a largo plazo en Japón:

En Japón, los investigadores han estudiado a un gran grupo de población durante décadas y han descubierto que las personas que tomaban suplementos de vitamina C a largo plazo tenían una tasa de mortalidad más baja y una mejor calidad de vida en general. Se observó sobre todo que estas personas sufrían con menos frecuencia enfermedades cardiovasculares y desarrollaban menos problemas cognitivos en la vejez.

La investigación Linus Pauling:

El premio Nobel Linus Pauling, conocido por sus investigaciones sobre el papel de la vitamina C, propagó durante décadas la ingesta de altas dosis de esta vitamina. Él mismo tomaba varios gramos de vitamina C cada día y vivió hasta los 93 años a pesar de padecer una enfermedad cardiaca. Pauling afirmaba que altas dosis de vitamina C no sólo podían proteger contra los resfriados, sino también contra enfermedades graves como el cáncer. Aunque sus teorías eran controvertidas, impulsaron numerosos estudios posteriores.

El escorbuto y su relevancia moderna:

Aunque hoy en día el escorbuto es poco frecuente en los países industrializados, sigue dándose en determinados grupos de población, por ejemplo en personas con una dieta inadecuada, alcoholismo crónico o determinadas enfermedades crónicas. Incluso una carencia moderada de vitamina C puede provocar síntomas leves como fatiga, dolor articular o mala cicatrización de las heridas. Por tanto, es importante garantizar un suministro adecuado, ya sea a través de los alimentos o de suplementos dietéticos.

¿Cómo puedo reconocer que tengo un déficit de vitamina C?

Una carencia de vitamina C puede manifestarse de muchas formas distintas y hacerse notar gradualmente en diversos síntomas. Como la vitamina C es esencial para numerosas funciones corporales, una carencia tiene consecuencias de gran alcance para la salud y el bienestar.

1. Sistema inmunitario debilitado:

La vitamina C es crucial para la producción y el funcionamiento de los glóbulos blancos, que desempeñan un papel clave en la defensa inmunitaria. Una carencia hace que se produzcan menos de estas células de defensa y que las que están presentes funcionen con menos eficacia. Esto hace que el cuerpo sea más susceptible a infecciones como resfriados, gripe y otras enfermedades. Las infecciones se curan más lentamente y puedes sentirte enfermo más a menudo o tardar más en recuperarte totalmente después de una enfermedad.

2. Tejido conjuntivo débil y cicatrización lenta de las heridas:

Como la vitamina C desempeña un papel central en la formación del colágeno, una carencia puede debilitar el tejido conjuntivo. El colágeno es la proteína estructural más importante que mantiene unidos la piel, los vasos sanguíneos y los huesos. Una carencia puede hacer que la piel sea más sensible, lo que provoca hematomas frecuentes, piel seca y agrietada o, en general, una peor cicatrización de las heridas. Las cicatrices pueden curarse más lentamente y los pequeños cortes o arañazos tardan más de lo normal en curarse. Las encías, que dependen en gran medida del colágeno, también se debilitan por la deficiencia.

3. Problemas de encías y pérdida de dientes:

Otro síntoma que indica una carencia de vitamina C son los problemas en la boca, sobre todo en las encías. Es frecuente que sangren las encías, se hinchen y se inflamen. Sin suficiente vitamina C, el colágeno de las encías se daña, lo que puede provocar a largo plazo la recesión de las encías y, en el peor de los casos, incluso la pérdida de dientes. Estos síntomas suelen ir acompañados de una peor salud bucodental general y de problemas dentales recurrentes.

4. Cansancio y agotamiento:

Los primeros signos de carencia de vitamina C suelen ser inespecíficos y pueden pasarse por alto fácilmente. Muchos afectados refieren cansancio persistente y agotamiento general, que no mejoran simplemente descansando. Como la vitamina C interviene en el metabolismo energético y la regeneración celular, su carencia suele provocar apatía, dificultad para concentrarse y una sensación general de debilidad.

5. Dolores articulares y óseos:

Una carencia avanzada de vitamina C también puede provocar dolor en las articulaciones y los huesos. Esto se debe a que el colágeno también desempeña un papel importante en el cartílago, que protege las articulaciones. Una carencia puede provocar una inflamación dolorosa y aumentar el riesgo de fracturas óseas. En casos graves, la carencia de vitamina C puede provocar escorbuto, enfermedad asociada a debilidad extrema, hemorragias y dolor articular.

6. Piel seca y áspera:

Un síntoma menos conocido de la carencia de vitamina C es la piel seca, áspera o escamosa. Como el colágeno también es responsable de la elasticidad de la piel, una carencia puede provocar su envejecimiento prematuro. La piel pierde su elasticidad y se vuelve más susceptible a los daños causados por factores medioambientales como la radiación UV.

7. anemia:

Como la vitamina C mejora la absorción del hierro de los alimentos, una carencia puede provocar indirectamente una anemia ferropénica. Los síntomas de este tipo de anemia incluyen palidez, palpitaciones, manos y pies fríos y mayor sensibilidad al frío. Los vegetarianos y veganos que dependen de fuentes vegetales de hierro deben prestar especial atención a su ingesta de vitamina C para garantizar un aporte adecuado de hierro.

8. Mayor susceptibilidad a las infecciones:

Las personas con carencia de vitamina C tienden a enfermar más a menudo. Los resfriados, la bronquitis y otras enfermedades respiratorias son más frecuentes y duran más. Las infecciones e inflamaciones bacterianas también pueden ser más graves y frecuentes, ya que el sistema inmunitario está debilitado por la carencia.

Los efectos beneficiosos de la vitamina C se investigan científicamente desde hace mucho tiempo, y hay estudios que demuestran que dosis más elevadas tienen efectos positivos sobre la salud mucho más allá del mínimo necesario. Se dice que la vitamina C prolonga la vida, favorece la inteligencia, acelera la cicatrización de las heridas e incluso protege contra el cáncer. Sin embargo, existe una extraña división en el mundo científico: mientras unos confirman estos resultados, hay otros que niegan los beneficios de la vitamina C: sólo es necesaria si existe una enfermedad carencial grave, como el escorbuto.

Las instituciones gubernamentales y pseudogubernamentales en particular parecen contribuir a dañar la reputación de la vitamina C una y otra vez. Esto ocurre a menudo mediante estudios metodológicamente débiles o posiblemente influidos por grupos de interés. No es casualidad: el reconocimiento generalizado de los efectos beneficiosos para la salud de la vitamina C pondría en peligro el lucrativo negocio de los medicamentos y el tratamiento de las enfermedades crónicas. Es lógico que muchos de los actores establecidos en el sistema sanitario -desde la profesión médica hasta las compañías de seguros médicos y los legisladores- tengan poco interés en reconocer oficialmente el poder curativo de la vitamina C. Este debate lleva celebrándose más de 80 años. Este debate lleva celebrándose más de 80 años, y los intereses económicos a menudo parecen ocupar el centro del escenario.

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