Matriz de agua – Bobina Tesla – Consulta

«Los cromosomas y los condriomas están formados por un tubo de materia aislante (colesterol, resina, grasa, plastina, etc…), en cuyo interior hay un líquido, una especie de suero, que contiene todos los minerales del agua de mar y, por tanto, conduce la electricidad.
Por tanto, estas fibras forman circuitos ultramicroscópicos oscilantes que pueden oscilar eléctricamente en una amplia gama de longitudes de onda muy cortas.
En mis trabajos he demostrado que estos circuitos oscilantes celulares, condriomas y cromosomas, oscilan eléctricamente bajo la influencia de ondas electromagnéticas vecinas, cósmicas, atmosféricas y telúricas .

Sin embargo, numerosas causas externas o internas pueden provocar un desequilibrio vibratorio en las células, como los cambios en el campo de las ondas cósmicas, atmosféricas o telúricas, la disminución del contenido mineral de la materia orgánica, que forma parte de la sustancia celular, pero también la traumatización, que provoca la destrucción del protoplasma o del núcleo por impactos.
En todos estos casos diferentes, la vibración celular puede llegar a detenerse, lo que significa la muerte de la célula. Sin embargo, aún quedan condriomas en la célula muerta, que pueden seguir vibrando a su frecuencia característica.
Afortunadamente, este caso es raro, pues de lo contrario toda la raza humana habría sido víctima del cáncer hace mucho tiempo.
Entonces, los condriomas se envuelven en una membrana, siguen vibrando y se multiplican independientemente de la célula.
De este modo, pueden convertirse en células cancerosas.
He intentado provocar que una célula enferma o muerta vuelva a vibrar aperiódicamente con un choque vibratorio artificial.

(…) Tras muchas investigaciones, llegué a construir un aparato que genera un campo electromagnético en el que se pueden encontrar todas las frecuencias comprendidas entre los tres metros y el infrarrojo. Este campo es capaz de estimular cada célula para que vibre en su frecuencia original.

En física se sabe que un circuito eléctrico excitado por corrientes débiles de alta frecuencia genera numerosas ondas armónicas.
Por eso se me ocurrió la idea de construir un oscilador que generara múltiples longitudes de onda, en cuyo campo cada célula pudiera encontrar su propia frecuencia.
Para ello, construí una antena formada por una serie de anillos oscilantes circulares dispuestos concéntricamente, cada uno de los cuales está unido a los demás y aislado de ellos.

Así he conseguido un oscilador que genera todas las longitudes de onda fundamentales comprendidas entre 10 centímetros y 400 metros, es decir, todas las frecuencias de 750.000 a 3.000 millones de hercios.
Cada uno de estos anillos emite además numerosas ondas armónicas que, junto con las ondas originales en las que se basan, sus interferencias y los efectos eléctricos secundarios, pueden alcanzar hasta la gama infrarroja e incluso la luz visible (de 1 a 300 billones de hercios).»

Con la sonda manual de Wassermatrix, puedo estructurar el agua hexagonalmente mediante frecuencias.
Como los seres humanos estamos formados por más de un 70% de agua, a algunos usuarios se les ha ocurrido utilizar el dispositivo directamente sobre el cuerpo y han notado un enorme aumento de energía.